Ir al contenido principal

Cuentos para observar

La conveniencia horaria era mutua. Se juntaron frente al banco octavo, de derecha a izquierda, en el frontis del parque nacional de la ciudad, a las seis menos treinta pm. cuando los rayos solares eran menos intensos y cada vez desistían progresivamente en la lucha por sobrevivir frente a la inminente noche. No hacía ni calor, ni frío. Ella, retrasada por tres minutos, él, por seis. Se vieron desde lejos a las cinco y treintaicinco minutos. Él, absorto en quizás qué, la vio momentos después que ella, no obstante ella lo vio una vez pudo ser visto, aunque un poco borroso pues era una persona con una baja visión. El viento fue testigo del simple encuentro, y ambos lo notaban con gran evidencia, pues susurraba en intervalos precisos y constantes, armónicos y sonoros. Una orquesta se había planteado enjambrada y con demasiados testigos como para hacer oídos sordos frente a todo el espectáculo: las montañas se mostraban indecisas mirando desde lo lejos y alto, preguntándose si la obra sería lo suficientemente buena como para establecerse al final del pasillo; las escasas nubes que por allí ululaban parecían perros vagabundos que perseguían a dos enamorados a la vez que movían la cola en muestra de su interminable cariño; los árboles oscilaban de uno a otro, contándose secretos ocultos mediante un extraño lenguaje desflemado que simulaba el deterioro de su cabello amarillento, opaco y quebradizo; el polvillo dejado por el hogaño tierral se levantaba y charlaba con la suela del zapato del hombre cada vez que, en su prisa de común atrasado, los balanceaba a ras de piso aceleradamente; los extraños que por allí andaban parecían maniquíes que, inquietos por no saber hacia dónde dirigir sus miradas, observaban los rostros de otros extraños que también hacían de maniquíes, mientras dos vibraban en movimientos y se escapaban de tal cometido; las vestimenta de los transeúntes, que antaño fueron ovejas u otros animales felpudos, querían volver a la vida al ver gustosa escena; todo, finalmente, todo estaba configurado para que aquellos dos enamorados se encontrasen. Ella, inevitablemente, no pudo molestarse por el retraso, pero la conveniencia era mutua, y no tan solo eso, era una conveniencia integral pues así lo había decidido el paisaje. Se tomaron de la mano sin decir absolutamente nada y caminaron a través de aquellos observadores.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La RESISTENCIA y las DEFENSAS en el ANÁLISIS

En esta clase del 7 de enero de 1954 Lacan se inmiscuye en el territorio de las defensas y la resistencia, dando cuenta de sus definiciones y sus problemáticas. A través de un ejemplo extraído de la clínica de Annie Reich, propia de la escuela inglesa, concluye una moraleja: es peligroso hacer una interpretación utilizando como coordenada el ego del analista, equiparándose con este acto al ego del paciente. La resistencia, adicionalmente, como aquello que suspende el trabajo asociativo, da cuenta de su vinculación directa con el contenido reprimido, una relación intima con lo Inconsciente. Duda, entonces, sobre el sentido del discurso que se despliega y, más importante, su origen: ¿Cuál es el sujeto del discurso? Llegando así a una consulta capital tras la lectura de la interpretación de los sueños, del caso del hombre de los lobos y otros, los técnicos de Freud. -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

El Yo y el otro Yo. Clase del 3 de febrero, 1954

Lacan, para ordenarse frente al problema que le presenta la resistencia como temática, utiliza el texto de Freud "Sobre la dinámica de la transferencia". Pero no solo ese, también para zurcir este tejido multicolor alrededor de la resistencia se vale de los textos "Psicoterapia de la histeria"; la "Tramdeutung"; el caso del Hombre de los Lobos; Lecciones introductorias al psicoanálisis; psicopatología de la vida cotidiana Los cuales representan iteraciones, recordando que procede Lacan ante la lectura de la letra Freudiana como si de un psicoanálisis se tratara, es decir, toma al texto y evidencia en ellos elementos que se repiten, que mantienen una misma relación. De esta forma lo que los estaría enlazando entre sus formulaciones vendría a ser el lugar desde donde emana la resistencia: desde lo que ha de ser REVELADO, es decir, desde lo REPRIMIDO.  Empieza así Lacan con un análisis sobre el vínculo, sobre la relación que existe entre transferencia y resis

¡Comenzamos a leer los SEMINARIOS de LACAN! APERTURA a "Los escritos técnicos de Freud"

La lectura sobre Lacan siempre ha resultado desafiante, pero al mismo tiempo es inspiradora. Comenzamos a leer sus seminarios, establecidos por su yerno y heredero intelectual Jacques-Alain Miller, en orden cronológico. Si bien esta no se pretende exhaustiva, tampoco debe serlo, pues la riqueza inherente a este extremopensador tanto de la práctica psicoanalítica como de la condición humana suscita variados espacios de construcción: este se anota como uno más de entre tantos. Comenzamos con "Los escritos técnicos de Freud", específicamente su "Apertura del seminario" (pp. 11-15), donde aparecen atisbos de lo que Lacan establecerá como su retorno a Freud, añadiendo a la vez lecturas juiciosas dirigidas hacia sus colegas psicoanalistas y por lo cual cobrará la inevitable "excomunión" de la IPA. Finalmente los textos técnicos de Freud a los que se referirá Lacan a través de este seminario son los siguientes: 1904: El método psicoanalítico de Freud. 1