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Mostrando entradas de agosto, 2016

La obsesión

Lo que más impresionaba de la parroquia al muchacho era su arquitectura, además de la cercanía de su punta (o chapitel) con las nubes. Las tocaba, las rasgaba, las destripaba y según cuenta la leyenda, era capaz de generar lluvias interminables, desapacibles, que solo se detenían con el trino de sus propias campanas. Lo verosímil de aquella historia al muchacho no le interesaba. Soñaba con algún día hacer sonar su badajo que yacía suspendido por una ignorada suma de años. Mucho tiempo después, el muchacho continuó con aquél anhelo, que surgió en plena curiosidad, y que con el tiempo, se fue puliendo, para convertirse finalmente en obsesión. Habrá sido su edificación media gótica? Sus perfectas ventanas circulares que invitan cordialmente a la luz del alba? Sus desconocidos y ocultos sótanos que motivan cien mil historias, cual más terrorífica que la anterior? Pese a no ser un devoto ni ferviente feligrés, había entrado ya varias veces; a celebrar misas, bautizos y también defunciones.